De lo sublime
Longino
Cuadernos del Acantilado, 63
10 €
¿Qué hace de Homero, Platón o Safo autores inmortales? ¿No consistía su arte en la capacidad de despertar en el lector los sentimientos más elevados? Éstas son algunas de las preguntas que plantea De lo sublime, una obra capital de la preceptiva publicada en Roma en la primera mitad del siglo I. Su influencia es apreciable en varios tratados de Séneca y, junto con la Poética de Aristóteles, formó parte de la preceptiva al menos hasta el siglo X. En 1674 Boileau la tradujo, rescatándola del olvido, y desde entonces—y a pesar de que se estima que las lagunas del texto conservado en la actualidad representan más de una cuarta parte del original—De lo sublime es una obra de referencia.
A la venta el 18 de junio.
«Roma quanta fuit»
O la invención del paisaje de ruinas
Nicole Dacos
El Acantilado, 297
24 €
Un paisaje de ruinas fascinante con una fecha inscrita, 1536, y la firma de un pintor, Herman Posthumus, del que nada se sabe. Éste es el punto de partida de un viaje a los restos del palacio de Nerón en Roma, al que en el siglo XVI descendieron tres artistas flamencos para ver los frescos grutescos y grabar sus nombres en aquellas antiguas paredes olvidadas durante siglos. Los tres pintores, Heemskerk, Posthumus y Sustris, se hallan en el origen del paisaje de ruinas, un género que no sólo causó furor en toda la Europa del Renacimiento, sino que dejó una honda impronta en la pintura occidental posterior. «Roma quanta fuit» combina el ritmo narrativo del relato detectivesco con una investigación histórica rigurosa donde el estudio de los documentos se completa en todo momento con el análisis estilístico de las obras. A través de la pintura flamenca y la italiana, la arqueología y el dibujo, Nicole Dacos reconstruye la historia de una escuela artística desconocida que sin embargo inauguró toda una tradición.
A la venta el 18 de junio.
La música como pensamiento
El público y la música instrumental en la época de Beethoven
Mark Evan Bonds
El Acantilado, 298
24 €
Hasta finales del siglo XVIII la música instrumental estaba subordinada a la vocal. Kant afirmaba que la música sin texto era «placer más que cultura» y Rousseau la desdeñaba puesto que no permitía expresar ideas. Sin embargo, a principios del siglo XIX se produjo un cambio profundo: la música puramente instrumental empezó a considerarse un medio de conocimiento y se la valoraba precisamente porque era ajena a las limitaciones del lenguaje. En La música como pensamiento, Mark Evan Bonds analiza el origen de este cambio de mentalidad en los oyentes de finales del siglo XVIII y principios del XIX a partir de testimonios de la época y de una serie de fuentes—filosóficas, literarias, políticas y musicales— que nos descubren qué significó la música sinfónica para sus primeros oyentes. El resultado es una interpretación tan singular como rigurosa de las causas y los efectos de la revolución en la escucha y la recepción musicales.
«Un libro fascinante».
Alex Ross, The New Yorker
«Una obra absorbente con un enfoque original y polémico».
Scott Burnham, Princeton University
A la venta el 18 de junio.