Vladímir Sorokin

El Kremlin de azúcar

Traducción de Jorge Ferrer

Durante las vacaciones navideñas de 2028, una multitud de niños y niñas acuden a la Plaza Roja a recoger un insólito regalo: un efímero Kremlin de azúcar, soluble en el té, símbolo del nuevo Estado ruso. A lo largo de quince capítulos, estos particulares dulces pasarán de mano en mano hasta alcanzar cada estrato de la sociedad «neomedieval» rusa: un mundo en el que los hologramas y los robots conviven con un orden feudal que divide a la población entre señores y siervos, entre opríchniks y oprimidos. Con el virtuosismo y la imaginación desbordante que le son propios, Sorokin urde en este libro un relato de relatos singularísimo, tan mordaz como clarividente, que se lee como una gran enciclopedia del alma rusa y los avatares de todo un país.

Entrevistas

Entrevista en El Cultural, por Ángel Mora (30/09/2025)

Comentarios de la prensa

«Sorokin se mueve en el territorio delimitado por los que considera sus tres maestros, François Rabelais, Jonathan Swift y Jaroslav Hašek: los tres fueron autores políticos, en el sentido de que percibieron el carácter ideológico y socialmente construido de la sociedad en la que vivían y ridiculizaron la obediencia a sus normas. El Kremlin de azúcar es una novela subversiva y teñida de realismo social sobre la deriva posible de Rusia en un futuro cercano».
Patricio Pron, Babelia (El País)

«Sorokin es una de las figuras centrales del posmodernismo ruso y, probablemente, quien con mayor precisión imaginativa ha anticipado la deriva totalitaria actual. En la Rusia distópica que imagina el autor lo más inquietante no es el futuro, sino el regreso del pasado».
Marta Rebón, La Lectura (El Mundo)

«La burla, la ironía y la parodia son las grandes armas de Vladímir Sorokin desde el primer relato».
Ernesto Calabuig, El Cultural

«El Kremlin de azúcar funciona como un mosaico que participa del delirio y la denuncia y tiene otro gran atractivo en la propia escritura de Sorokin. A través de la magnífica traducción de Jorge Ferrer, resuena en estas páginas, a todo volumen, una voz rebosante de expresividad, fuerza, referencias y hallazgos».
Pablo Martínez Zarracina, El Correo

«La literatura rusa del último cuarto del siglo XX es impensable sin Vladímir Sorokin […], escritor innovador y polémico».
Rodrigo Fernández, El País

«El Kremlin de azúcar es una oportunidad para reconocer en su autor a alguien que no teme la irreverencia y que convierte la literatura en una de las herramientas más eficaces para sacudir las conciencias de los lectores».
Toni Montesinos, La Razón

«La literatura soviética actual tiene en Sorokin a uno de sus narradores más privilegiados. Gran dominador de la sátira mordaz, punzante, con un estilo narrativo fresco y audaz, Sorokin rehace el camino que siguieron maestros como Tolstói o Chéjov».
Francisco Recio, La Opinión de Málaga

«El Kremlin de azúcar no es solo un libro sobre Rusia, sino una reflexión universal sobre la fragilidad de las sociedades cuando caen bajo el embrujo de un poder paternalista y represivo. El resultado es una fábula amarga y visionaria. Vladímir Sorokin no teme la irreverencia: sus metáforas son directas, su humor es negro y su crítica, implacable».
Ana Calvo, El Debate

«Merece mucho la pena acercarse a la literatura conmovedora y comprometida de Vladímir Sorokin».
Fulgencio Argüelles, El Comercio

«A través de una prosa original, Sorokin cuenta la tragicomedia del absolutismo».
Josep Maria Cortés, Letra Global

«Una obra tan desconcertante como lúcida, que encuentra en la alegoría grotesca una vía para repensar cualquier sociedad contemporánea donde el poder haya trastocado la vida de las personas más allá de lo razonable».
Rafael Ruiz Pleguezuelos, Anika entre libros

Afinidades electivas

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