Catálogo

Miguel Ángel Hernández

Yo estoy en la imagen

Ensayos afectivos y ficciones críticas

El acto de mirar es siempre interpretativo: supone el establecimiento de una relación íntima que afecta tanto al observador como al objeto de su mirada. Pese al supuesto distanciamiento que suele exigirse al teórico del arte, Miguel Ángel Hernández lleva años aproximándose así a las imágenes para establecer con ellas un diálogo profundo en el continuum de arte y vida. El resultado son los textos aquí reunidos, a medio camino entre el ensayo, la autobiografía y la narrativa, en los que siguiendo la estela de Benjamin, Sontag y Barthes se exploran cuestiones como el valor de la memoria y su vínculo con el conocimiento, el duelo, la ética de la mirada, las relaciones entre tecnología y deseo, o la percepción subjetiva del tiempo. A través de una prosa atravesada de vivencias, iluminaciones y experimentación literaria, el ejercicio de contemplar imágenes se nos revela como una experiencia vital y transformadora.

Comentarios de la prensa

«Su propio reflejo en un daguerrotipo le sirve para analizar cómo siempre estamos en la imagen: «imposible quitarse de en medio». Y así, proyectando sombras y reflejos, ha tratado él mismo de acercarse a las imágenes en textos de catálogo (Javier Pérez, Pablo Genovés) e intervenciones «al límite de la crítica», donde se respira autobiografía y ficción. Junto a Walter Benjamin, Susan Sontag y Roland Barthes, Wittgenstein también está aquí, cerrando el círculo. Enseñándonos a mirar».
Paula Achiaga, El Cultural

«Miguel Ángel Hernández escribe con fluidez, se desnuda en cada texto y logra acercar conceptos de la filosofía del arte al lector común. Este libro se lee con fruición, porque el autor se emociona y trasmite sus afectos en cada uno de los textos. Textos conmovedores pero fértiles en ideas. Un viaje emocionante a través de las imágenes, de la vida, la muerte y la memoria».
Pedro Pujante, La Opinión de Murcia

«Miguel Ángel Hernández es un gran observador. En este libro, hermoso y sincero, observa, narra, teoriza, imagina, analiza, siente y conforma para nuestro deleite una obra, meritoria y asombrosa, imposible de catalogar. Con un estilo literario tan atrevido como impecable el autor analiza el proceso psicológico de “mirar”».
Fulgencio Argüelles, El Comercio