19/03/2014

Acantilado publicará el 19 de marzo ‘Tela de sevoya’, de Myriam Moscona, premio Xavier Villaurrutia 2012

A medio camino entre la novela, la poesía y la memoria, Tela de sevoya nos adentra en el territorio secreto de la palabra y su poder salvífico. Gracias a ella, Myriam Moscona, judía sefardí, revive las sombras y las voces de su pasado. El ladino, el español antiguo hablado aún hoy por los sefardíes, se convierte en eficaz compañero en un viaje hacia Sofía, Plovdiv, Estambul, Esmirna o Salónica, donde se encuentran los fantasmas familiares. Lo etéreo toma corporeidad en un bellísimo texto dulcificado por el humor que es a la vez homenaje y expiación, donde la voz y su cálido aliento cobran un protagonismo redentor.

Myriam Moscona es una escritora mexicana de familia búlgara sefardí. Autora de diversos libros de poesía, obtuvo, por la traducción al inglés de Negro Marfil realizada por Jen Hofer, los premios que otorgan la Academia de Poetas Americanos y el PEN International Center. Por Tela de sevoya obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia de escritores para escritores (2012), uno de los más distinguidos reconocimientos literarios de México.

Angelina Muñiz-Huberman, integrante del jurado del Premio Villaurrutia junto a Sergio Mondragón y Felipe Garrido, destacó de Tela de Sevoya que “el mundo onírico, los trazos de la memoria, la invención y la realidad borran sus fronteras y se funden en ocasiones o se fragmentan en otras. A la manera de una cámara fotográfica, enfoques precisos o bien fuera de foco, luces intensas o difuminadas, enmarcan un paisaje en donde la clave gira en torno a la reafirmación del mundo de las emociones y de la infancia perdida”.

Tela de sevoya, primera incursión de Myriam Moscona en la narrativa, es en sus propias palabras, “la historia de una niña que recibe el ladino de parte de sus abuelos. Esa voz narrativa, ya de mayor viaja a Bulgaria en búsqueda de sus raíces. Este libro tiene desde luego muchos tintes autobiográficos. Es una especie de biografía ficcionada, si se puede aceptar el término. Es un libro lleno de fronteras: entre los distintos géneros, entre el español contemporáneo y el español arcaico, entre la memoria y la ficción, entre los vivos y los muertos”.

El ladino es, para Moscona—que insiste en la vitalidad que el judeo español ha tenido durante más de quinientos años—, “como ver a través de unos rayos X una lengua secreta debajo de mi lengua. Es la lengua de mis ancestros, de mis muertos, y es la biografía de la lengua, de mi lengua, y antes que cualquier otro género, a lo que me debo es al lenguaje. Es una lengua sin patria, es un español que hablan los desterrados, es en verdad un fenómeno apasionante”.

Y añade: “Parece una falta de instrucción o de escolaridad, pero en realidad es el español que se trajeron a América los primeros que llegaron, y que en esos lugares se quedó congelado, pero una lengua congelada está condenada a morir. Yo no digo que el judeo español sea un español arcaico congelado, porque es una lengua que a lo largo de los siglos sí tuvo una evolución, ya que se fue llenando de los distintos giros de las lenguas vernáculas, de los lugares a donde llegaron los hablantes expulsados de España”.

Juan Gelman, poeta argentino recientemente fallecido, calificó Tela de sevoya como “un texto absolutamente extraordinario que logra juntar pasado y presente, vida y muerte, memoria e imaginación en un mismo espacio”.

Mauricio Montiel, escribía en Letras Libres que “alrededor del ladino, el idioma de los sefardíes trocado en actor principal, gira toda una galaxia de personajes tan cálidos como perturbadores que Tela de sevoya trae de entre los difuntos con renovado vigor. Moscona teje su paño narrativo con hilos como el exilio físico y metafísico, la exploración del universo de los sueños, la memoria familiar y personal y la restauración de la lengua perdida”.

La Jornada, de México, destacaba que Tela de sevoya recrea “un panorama histórico de la comunidad sefardí en tres momentos cruciales: la expulsión de España en 1492, el exterminio nazi y la llegada a México de algunos de sus integrantes”.
 

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